¿Es efectiva la baba de caracol?

No podría decir que nada es lo que parece, pero sí que hay varias cosas en las que las apariencias engañan, por lo menos en cuestión de productos que nos prometen mil y un maravillas para obtener una salud de hierro y la inalcanzable belleza perfecta.

Entre estas pócimas y preparados que nos presentan bajo diversas envolturas, la llamada baba de caracol es una de las que ha causado mayor revuelo y captación de ingresos para sus promotores, desde tiendas y laboratorios «naturistas» hasta vendedores ambulantes de mercados y avenidas.

Tengo que admitir que yo también creía en este producto que, a simple vista, parecía ser la tabla de salvación para quienes presentan arrugas, estrías, cicatrices, queloides y manchas por sus supuestas propiedades nutritivas y exfoliantes. Sin embargo, esta secreción producida por los caracoles de tierra para facilitar su desplazamiento carece de cualquier propiedad saludable para nuestro organismo.

En efecto, al igual que mucha instituciones serias en la materia, el Ministerio de Salud ha anunciado que las cremas fabricadas a base la baba del lento molusco no borran cicatrices, ni arrugas ni estrías. Por supuesto, no tienen efectos rejuvenecedores sobre nuestra piel ni posee antibióticos y proteínas antiinflamatorias que ayuden a eliminar el acné, ya que las propiedades dermatológicas que le atribuyen simplemente carecen de cualquier fundamento científico.

Para comprobar la ineficacia de este tipo de productos, quienes haya comprado  alguna vez un envase de baba de caracol deben leer si es que entre sus ingredientes figura el ácido glicólico. Si es así, entonces podrían hacer una denuncia a quien les hizo semejante estafa, ya que esta sustancia -que se usa mucho en las limpiezas cosméticas o exfoliaciones- solo la poseen las frutas.

Por ello, en vez de recurrir a los vendedores de cebo de culebra que jueguen con nuestras esperanzas solo por ahorrarnos un poco de dinero, es mejor ir directamente con profesionales (en este caso, dermatólogos) de confianza que nos den el tratamiento ad hoc para nuestro problema. No dejemos que nos vendan gato por liebre.

Fuente: Capital, El Cuerpo.es.

Imagen: Inkanatura.

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Acerca del autor

Escrito por Vicky Sampi

Publicista de 1.54 mts. con aficiones periodísticas, gusto por la lectura, el vino, las caminatas y la buena compañía. Muy pronto aprendiz de cocina (nuevamente).

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