El paso más importante para tener un buen bronceado es aplicarnos el bronceador de manera correcta, de ser así la piel lucirá un color parejo, sin zonas más oscuras ni más claras.
Pero lo más difícil viene luego de que logramos el bronceado deseado. La tersura de nuestra piel se ve empobrecida siempre que nos exponemos al sol, porque la piel se defiende del ataque del sol engrosándose, entonces tendremos que cuidarla para devolverle poco a poco la suavidad sin perder el color.
Una opción excelente son las cremas post-solares que contienen sustancias especiales que ayudan a recuperar la piel. Las más comunes son aquellas cuyo principio activo es el caroteno, y es por eso que las cremas vegetales dan excelentes resultados.
El bronceado se mantendrá más tiempo si se le da elasticidad e hidratación a la piel y si en su cuidado no se incluyen cremas demasiado grasas.
¿Cuáles son los pasos que debemos seguir?
Por la mañana:
- Aplicar una emulsión de limpieza.
- Retirarla con una loción hidratante sin alcohol.
- Aplicar una emulsión humectante, de preferencia de zanahoria o sábila.
Por la noche:
- Repetir la limpieza con la misma crema.
- Retirarla con un algodón humedecido en agua.
- Aplicar crema nutritiva hidratante, no grasa.
Una vez por semana debemos aplicar sobre la piel una capa abundante de crema hidratante-nutritiva.
Un mes después del veraneo es conveniente recurrir a los bronceadores sin sol, que mantendrán el bronceado durante el invierno.
Pero ¿qué hacer si nos hemos bronceadode manera incorrecta y la piel está manchada, gruesa y avejentada?
Con el daño ya hecho, sólo resta tomar medidas para restablecer la normalidad. Esto se logra con un tratamiento de ataque hidrofílico, despigmentador y nutritivo y, naturalmente, para esto deberás acudir donde un profesional.
Fuente: En Plenitud
Foto: Spa Flyer
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