De manera especial, las mujeres tenemos muy presente la diferencia que hay entre lo bello y los vellos. Y no solo porque uno esté en singular y el otro en plural, sino porque son esos odiados pelitos los que perturban nuestro aspecto personal, haciéndonos sentir poco femeninas y bellas.
Afortunadamente, en la actualidad podemos disponer de una amplia variedad de métodos de depilación, y aunque algunos de ellos no eliminen los vellos para siempre, pueden retrasar su crecimiento y/o dar la apariencia de que nunca hubieran existido.
Ahora bien, cada uno de estos procedimientos implica un grado de esfuerzo, tal vez un poco de dolor, pero sobre todo, una buena elección basada en las características de nuestra piel.
Por ejemplo, en pieles sensibles (cual sea su tonalidad), se debe evitar las decoloraciones y el uso de cera caliente, ya que inmediatamente se forman manchas rojas -producto de la irritación- que pueden convertirse en moretones y tardar varios días en irse.
Si tenemos una gran cantidad de vellos oscuros -y de manera especial en la zona del busto-, debemos recurrir a tratamientos hormonales (recetados por nuestro dermatólogo) para su reducción en proceso.
En este caso se puede complementar con una electrólisis para el resto del cuerpo -piernas, zona del bikini, axila y rostro. Sin embargo, es poco recomendable en la zona del bikini si la persona tiene la dermis clara.
La pinza es la mejor aliada para quitar los vellos del rostro (salvo los hombres que se rasuran la barba), aunque aplicando una crema o un algodón húmedo antes y después de la depilación.
Y para las piernas, la máquina de afeitar sigue siendo la opción más usada. Pero como suele dejar la piel un tanto áspera, no vendría nada mal intentar con las cremas depilatorias, que pueden someterse a prueba en una pequeña área para saber si irrita o no lo demás (ojo que solo es para las piernas y brazos).
Fuente: Tuimagenpersonal
Imagen: Hola.com
Tags Blogalaxia: Belleza, Depilación, Piel.
Visítanos en
Facebook
Twitter