La respiración es uno de los procesos más naturales y saludables que pueden existir. Pero mientras en el primer momento inhalamos oxígeno, al siguiente eliminamos anhídrido carbónico o dióxido de carbono (CO2), que es un gas con efectos más positivos de los que pensamos.
A pesar de que en exceso puede resultar contaminante, la aplicación de CO2 en la cantidad exacta provee de gran bienestar a la piel. Por eso se ha desarrollado la técnica de la carboxiterapia, que a partir de inyecciones con dióxido de carbono mejora la circulación de la piel y combate la celulitis, exceso de grasa e incluso dilata el envejecimiento.
Pero como cualquier tratamiento, el grado de efectividad puede variar de paciente a paciente y también dependerá de los cuidados que tenga antes y después de las sesiones. Por ello hay que tomar nota de algunas recomendaciones para sacarle el máximo provecho a las dosis del beneficioso gas.
La recomendación general es tomar todos los tratamientos complementarios previamente a la aplicación de la carboxiterapia para ayudar a que el CO2 penetre más rápido en la piel y no obstruir la recuperación. Especialmente, nada de baños de inmersión (jacuzzis, saunas, etc.) después de realizado el procedimiento.
Así mismo, para purificar el organismo y facilitar la asimilación del gas, se debe ingerir de dos a tres litros de agua el día de la sesión. Y por supuesto, está terminantemente prohibido fumar, ya que la ingesta de sustancias contaminantes dificulta la respiración y genera reacciones adversas al tratamiento (los que padecen insuficiencia respiratoria, también deberán abstenerse).
Poniendo en práctica estos consejos de optimización, las bondades de la carboxiterapia se extenderán entre 6 a 8 meses. Aunque si hacemos actividades que favorezcan a nuestra respiración -como correr y comer una dieta rica en frutas y verduras-, la próxima vez que la realicemos sus efectos serán más patentes.
Fuente: DePeru.com
Imagen: Larevista
Tags Blogalaxia: Belleza, Salud, Piel, Oxigenación, Carboxiterapia.
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