Los efectos de la contaminación ambiental cada vez se sienten más. Nuestro hogar y centro de trabajo también son víctimas de las toxinas del aire y de no aprender a purificarlo, nuestra salud corre serios riesgos que van desde el escozor de los ojos, los dolores de garganta y cabeza hasta la depresión y la muerte.
Las dos formas básicas de protegernos son controlar la exposición a los contaminantes y mejorar la ventilación. En el primer caso debemos:
• Evitar que se fume al interior de la casa o establecer señales de prohibición del tabaco en el centro laboral.
• Hacer mantenimiento constante de las unidades de calefacción y aire acondicionado, limpiando exhaustivamente los filtros y conductos de aire.
• Si nuestros hogares se calientan por carbón o leña o si los calefactores funcionan a gas, petróleo, o kerosene, hay que asegurarse que de que tengan una adecuada ventilación hacia afuera.
• Tratar de usar lo menos posible naftalina y desodorantes ambientales.
Y para ventilar el aire correctamente:
• Graduar los aparatos de aire acondicionado y los sistemas de calefacción para que introduzcan más del 30% de aire fresco. A pesar de que el gasto es algo mayor, nuestra salud bien lo vale.
• Airear la casa por lo menos una vez al día, de preferencia por la noche o temprano en la mañana, ya que las partículas de smog se hacen mayores al caer el sol.
• Dormir con una ventana abierta, manteniendo la ventilación con corrientes de aire de dos a tres lados distintos.
Fuente: Diehl, Hans y Aileen Ludington. Vida dinámica. Editorial Sudamericana, 2003.
Imagen: Bajoencalorias.com
Tags Blogalaxia: Salud, Contaminación Ambiental, Aire Purificado.
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