Si es cierto que los ojos son los espejos del alma y que la mirada proyecta nuestro interior, ¿entonces cómo no preocuparnos por cuidarlos y resaltar sus “bondades”?
En primer lugar, el betacaroteno de las frutas y vegetales naranjas (zanahoria, naranja, mandarina, etc.) es un gran aliado para fortalecer la visión por la alta presencia de vitamina A y B. De igual manera, el sueño regular y natural libre de fármacos -sin exceso o falta de horas- alivia la fatiga ocular y contribuye al restablecimiento de los desajustes orgánicos.
Al igual que existe una multiplicidad de ejercicios para el abdomen, los glúteos, el busto y otras partes del cuerpo que deseamos plenamente endurecidas, nuestros músculos oculares también requieren estar activos para no disminuir su nivel de visión o perderla totalmente. Los ejercicios para ojos se pueden realizar a cualquier hora del día -aunque son preferibles en la mañana-, con un ritmo pausado y necesariamente sin gafas o lentes de contacto.
Para lograr una buena sesión de entrenamiento ocular, primero tenemos que colocar la cabeza recta y dirigir intercaladamente la mirada al cielo y al suelo diez veces seguidas.
Como segundo paso, debemos ubicar a 30 cm. del rostro un objeto redondo, siguiendo con la mirada toda la circunferencia 5 veces en sentido horario y antihorario, respectivamente, y continuar con un objeto cuadrado, cruzando con la vista sus vértices en forma de X el mismo número de veces.
Luego debemos rozar las palmas de las manos de modo que produzca calor y ponerla sobre los ojos, tocando el cabello con los dedos hasta que el calor disminuya y rocemos las manos con los ojos por algunos momentos.
Finalmente, tendremos que tapar los ojos con las palmas de las manos en forma cóncava para abrirlos en la oscuridad generada por esta posición.
Teniendo constancia en esta rutina visual, nuestros ojos proyectarán una mirada limpia y libre de afecciones. Y aún más que eso.
Fuente: Vida Sana
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