El azúcar contenido en las bebidas gaseosas es un delicioso pero fatal peligro que produce, por lo menos, 6 nada dulces efectos secundarios:
- Desequilibrio nutricional: Ya que las gaseosas contienen azúcar pero sin nutrientes, basta con consumir de 2 a 3 botellas personales para reducir considerablemente la cantidad de comida ingerida y nutrientes obtenidos, lo cual provocaría un desorden nutricional.
- Grasa extra: Al añadirse las calorías del refresco a las de la comida, el exceso es almacenado en forma de grasa, visible en los voluminosos rollitos.
- Bajón energético: el azúcar sin fibra de las gaseosas contiene calorías que ingresan rápidamente a la sangre, elevando el nivel de azúcar sanguíneo que ocasiona un golpe energético. Y ya que se requiere bajar el azúcar de la sangre hasta su nivel normal, también disminuye el nivel energético, siendo necesario consumir una gaseosa tras otra para recuperarlo.
- Cansancio estomacal: tomar repetidamente bebidas gaseosas hace que la digestión sea más lenta (hasta librarse del exceso de calorías ingeridas). Por lo tanto, el estómago se cansa más y es proclive a sufrir más daño.
- Ultra acidez: La mayoría de bebidas gaseosas azucaradas aumentan la secreción de ácido en el estómago, que ocurre después de que la bebida sale del estómago.
- Sustancias tóxicas: Los conservantes, saborizantes, colorantes y demás sustancias químicas que contienen las gaseosas irritan la mucosa estomacal. Entre ellas, una de las más peligrosas es el ácido fosfórico, empleado para grabar el vidrio.
Fuente: Dielh, Hans y Ludington, Aileen. Vida dinámica.
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