Cómo es la mesoterapia facial

Nuestro rostro no es inmune al paso del tiempo. Por el contrario, es una de las zonas que mayor cuidado requieren para la vejez no nos cobre factura prematuramente.

Si ya estamos bordeando los cuarenta años y notamos que empiezan a formarse las primeras arruguitas, es el momento ideal para realizar tratamientos que, si bien no son la fuente de la juventud, por lo menos la dilatan más tiempo.

Cualquier tratamiento es efectivo en la medida en no disimule los signos del envejecimiento sino que actúe desde adentro de la piel, nutriéndola y sirviendo de protección para los daños del ambiente. Por ello uno de los más recomendados por esteticistas y dermatólogos es la mesoterapia, de la cual se deriva la mesoterapia facial.

La mesoterapia facial -cuyo nombre viene del mesodermo embrionario, que es la capa de la piel donde se aplica- consiste en colocar microinyecciones en el rostro a base de vitaminas (A y C), minerales y aminoácidos (ácido hialurónico).

Este tratamiento se lleva a cabo primero en tres sesiones durante quince días y luego en dos sesiones más durante un mes. A su vez, cada sesión se divide en veinte minutos de preparación con una crema anestésica, veinte a treinta minutos de la mesoterapia propiamente dicha y veinte minutos restantes con una mascarilla calmante-hidratante.

Además de la cara, la mesoterapia facial puede utilizarse en el cuello, el escote y las manos. Su duración aproximada es de seis meses, periodo que puede acortarse o extenderse según el paciente ingiera o no sustancias nocivas como el alcohol, cigarrillo u otro tipo de drogas.

Así mismo, es recomendable usar la mesoterapia con tratamientos complementarios como la radiofrecuencia y la luz pulsada, que inhiben aún más la oxidación e intensifican la tonificación de la dermis.

Fuente: Sana Belleza

Imagen: Última Hora del Sur

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