Entérate sobre los alimentos prohibidos en un plan dietético

Cuando nos sometemos a una dieta con la finalidad de alcanzar el peso ideal, sabemos que hay algunos alimentos que debemos suprimir y que debemos reducir las porciones de otros. Sin embargo, a menudo dudamos acerca de cuáles son y la cantidad que nos está permitida ingerir.

Con la finalidad de despejar tus dudas sobre este aspecto, Web de la Belleza, te presenta la siguiente relación de alimentos que pueden figurar como prohibidos, pero si los consumes de manera adecuada, se convertirán en los mejores aliados de tu dieta.

Las pastas: en un plan de adelgazamiento, la clave es consumirlas máximo dos veces por semana, pero solo en salsa de tomate y espinaca con queso ricotta light o fresco. Evita la salsa bolognesa (con carne) y todas las que lleven nata.
La patata: este insuperable tubérculo posee una gran cantidad de proteínas, vitaminas, fibra y minerales. Ayuda a mejorar el sistema digestivo y además sacia el apetito. La manera de consumirla es al horno o hervida.
El pan: en la pirámide nutricional ocupa el primer puesto, ya que es el cereal estrella. Elige los panes integrales, estos aportan mayor cantidad de fibra. Consumir un pan integral, o un pan pita integral, o dos tostadas integrales al día y tres veces por semana, es suficiente.
Los helados: ¿Quien se puede resistir a la tentación de disfrutar un delicioso helado? Prefiere los helados de fruta sin leche, los de agua y en envase pequeño. Puedes saborearlos hasta dos veces a la semana.
Carne de cerdo: en esta carne, a diferencia de la de pollo, la grasa se puede separar fácilmente. Si te agrada, puedes consumirla al horno y acompañarla siempre con una importante cantidad de ensalada.
El chocolate: es cierto que el chocolate tiene un alto contenido calórico, pero también provee a nuestro organismo de antioxidantes y vitaminas. Una pequeña cantidad de chocolate negro algunos días a la semana, puede ayudarte a controlar la ansiedad.
Nueces y semillas: el eventual consumo de frutos secos y nueces reduce el riesgo de sufrir un ataque al corazón. Estos contienen grasa no saturada como Omega 3, Omega 6, vitamina E y proteínas.
La sal: si se consume en demasía, contribuye a aumentar la retención de líquidos y la tensión arterial. Reduce el uso de la sal poco a poco y notarás cómo tu paladar se va acostumbrando.