La mirada refleja lo que hay en nuestro interior. Y también es considerada una de nuestras mejores armas de seducción. Por eso debemos aprender a potenciarla a través de un maquillaje que resalte todo su encanto e intensidad.
Los tres elementos que nunca deben faltar en un make-up de ojos son el delineador, el rizador y las sombras. Normalmente sabemos cómo explotar adecuadamente los dos primeros. Pero en el caso de las sombras nos limitamos a usarlas de relleno en los párpados, desconociendo mayores posibilidades de aplicación.
Es muy importante darle color a los párpados. Sin embargo, existen más zonas alrededor de los ojos que pueden aprovecharse para iluminar al máximo la mirada, sobre todo en las salidas nocturnas, que es cuando las pupilas tienden a dilatarse y hacerla más atractiva.
Si tenemos sombras en polvo, podemos mojar el aplicador con unas gotas de agua y pasar una sombra oscura en los párpados para que fije por más tiempo. Mejor aún si la combinamos con un poco de delineador que también puede cumplir la función de sombra.
Luego podemos pintar la parte cercana a la ceja (sin usar agua) con un tono de sombra más claro, difuminándola hacia el exterior por las partes laterales, en donde debe lucir más oscura.
Así mismo, las cejas también pueden ser coloreadas con una sombra que contraste con el maquillaje de los párpados y a la vez les otorgue suavidad (los marrones suelen combinarse muy bien).
Y como broche de oro, debajo del contorno inferior de los ojos, podemos hacer un delineado de sombra con el aplicador más pequeño, procurando también difuminarlo pero de una forma casi imperceptible para que no luzca tan recargado.
Imagen: Pekebebe.com
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