Por estas navideñas fechas, la alegría y paz no son precisamente las emociones que más predominan. Al menos, en nuestra actual sociedad de consumo -donde la gran cena de Nochebuena, el arbolito repleto de luces y los costosos regalos son la máxima aspiración- le han cedido su lugar a los raptos de malhumor y hasta de locura.
Todos parecemos arrastrados por una carrera donde la competencia por ser el que más tiene nos vuelve presas fáciles del estrés. No sé por qué pensamos que si no damos o recibimos costosos regalos vamos a ser más infelices. ¿Realmente quiere decir que a nadie le importamos?
Hay que pensar que este tipo de expectativas solo muestran una gran soledad y baja autoestima. En conclusión, un serio problema afectivo que no es causado por la época del año en la que nos encontremos, aunque el feeling presente sí agrave su estado.
Una buena alternativa para rescatar la alegría de una fiesta cuyo verdadero sentido parece haber caído en el olvido, consiste en dar una vuelta de tuerca a nuestros negativos pensamientos, concentrándonos en todo lo bueno que hicimos y en las aspiraciones que basados en nuestro trabajo podemos llegar a lograr. Y si tenemos un tiempo disponible, podemos participar en actividades de caridad que enfoquen y canalicen nuestra energía positiva.
Sobre todo, no te preocupes excesivamente por lucir perfecta. Si te concentras en tantos detalles de tu apariencia personal, sumados a los del arreglo de tu casa, vas a estar a un pelo de perder la cabeza y las ganas de celebrar como se debe. Maquíllate y ponte guapa, pero sin que se vuelva una obsesión. Que tu belleza reluzca con la sana alegría de la nochebuena.
Fuente: Lindisima.com
Imagen: Fotosearch.es
Tags Blogalaxia: Belleza, Salud, Estrés, Nochebuena.
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