La “dulce espera” es una de las etapas más felices en la vida de una mujer, pero también una de las más vulnerables. Esto debido a que, además de cuidar del pequeño(a) que viene en camino, experimentamos una revolución hormonal que conlleva cambios importantes en nuestro organismo.
Durante los nueve meses de embarazo, la piel irá volviéndose más sensible. Es muy común que las gestantes tengan problemas de caída de cabello, acné, manchas, estrías e hinchazón de pies a causa de la retención de líquidos.
No obstante estas afecciones, las futuras mamás siempre irradian un brillo especial que puede hacerse mayor tomando en cuenta algunos consejos para disminuir o controlar los efectos físicos negativos y favorecer a la autoimagen femenina.
Para toda mujer que quiera mantenerse regia, la depilación es un hábito fundamental de belleza. Pero las embarazadas pueden experimentar más dolor al realizarlo, por lo que es preciso preparar la piel alrededor de las cejas, pasándole un algodón húmedo y luego un poco de crema hidratante de textura suave (no decolorante ni dermoabrasiva) antes de extraer los vellos con la pinza.
Las mascarillas proporcionan gran relax y ayudan a limpiar la dermis. Empero antes de aplicarlas -sobre todo, si vienen envasadas- conviene consultarlo con un especialista porque cada piel reacciona de forma distinta y sufre los efectos con diferente intensidad. En todo caso, es mejor preparar una máscara casera de productos hidratantes, como el yogur y la miel.
Por otro lado, se deben evitar los tratamientos corporales en altas temperaturas (baños de lodo, cámaras de vapor, saunas, jacuzzi, etc.), ya que ocasionan deshidratación, resecando la piel y poniendo en riesgo nuestra salud y la del bebé. Solo es recomendable poner los pies en agua tibia con sal y aceites esenciales para disminuir la hinchazón y suavizarlos.
Fuente: Artículos Informativos.com
Imagen: HealthSpaBlog
Visítanos en