Quién no ha padecido de acné en su adolescencia y después de ella debido a un consumo excesivo de grasa. Lo más probable es que esos horribles barritos -normalmente acompañados de espinillas– aparezcan en las zonas más sensibles del rostro, convirtiéndolo en un “campo de erupciones volcánicas”.
Sin embargo, hay personas que tienen la buena suerte o infortunio -dependiendo del cristal con el que se mire- de tener barritos en otras partes del cuerpo, como la espalda, los brazos y las piernas (sobre todo, los muslos).
En el último caso, el problema puede deberse a que los vellos son muy delgados y/o la piel muy gruesa para que puedan atravesarla. Entonces se forman los temidos granitos, que hacen que recurramos a las medias de nylon para disimular su aspecto, incluso cuando su protección no es necesaria.
Para tener unas piernas libres de acné simulado (porque en realidad los granitos se producen por una causa distinta), hay que exfoliarlas a diario con una esponja de hilo de pescar, dando masajes circulares para retirar las células muertas y crear una capa superficial más fina y de fácil penetración para los vellos.
La depilación con rasuradora (obviamente, la de mujer) también resulta de gran ayuda, siempre y cuando se realice todos los días para evitar que el vello se haga más grueso y empeore el problema. Y en paralelo, el uso de un producto retardador del vello (no las cremas depilatorias porque solo tienen un efecto superficial).
Así mismo, podemos recurrir a las cremas con alfa hidróxidos (AHA), que contribuyen a retirar las células muertas de la piel, dejándola más lisa. No olvidemos aplicar una crema hidratante al salir de la ducha, pues se absorbe mejor cuando la piel está húmeda. Y tampoco de realizar una hidratación interna bebiendo dos litros de agua al día.
Fuente: Hola.com
Imagen: Mujer Urbana
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nicol gonsales
8 junio 2009
yo e descubierto que a mis 13 años la miel me a ayudado a elimenar la cantidad de granos que me dan en mi rostro