Aparte de ser muy divertido y ayudarnos a socializar, la danza es uno de los mejores ejercicios que pueden existir. No solo porque quemamos grasa casi como jugando, sino porque nos permite descubrir nuevas capacidades físicas y mentales, potenciándolas al máximo y estableciendo una conexión más fuerte con los elementos del ambiente.
Una de las vertientes que explota mejor esto beneficios es la danza aérea. Mezcla de acrobacia circense y danza contemporánea, su gran poder y éxito residen en que, como su nombre lo indica, los movimientos se realizan al aire libre.
Salvo por las telas y cuerdas -que son elementos inestables- y en algunas ocasiones el impulso desde la pared, toda la fuerza se concentra en el cuerpo. De ahí que se realice un gran trabajo muscular para sostenerse en el aire y de flexibilidad para efectuar las piruetas.
Pero lo más importante es que al instalarnos en un nuevo espacio y posición, aprendemos a reconocer nuestro cuerpo y sentirnos más cómodos con él, a par que perdemos el miedo y desarrollamos una gran dosis de paciencia, concentración y control mental.
Aunque al comienzo se creía que solo las personas en óptimas condiciones físicas podían practicarla, la experiencia ha demostrado que a punta de perseverancia cualquiera puede convertirse en un súper “danzante del aire”. No obstante, quienes padecen lesiones lumbares podrían acudir al médico para ver si tienen que prepararse previamente antes de realizar las suspensiones.
Una clase de danza aérea para principiantes dura un promedio de tres horas, que conforme se hacen progresos puede llegar hasta seis, de las cuales la primera hora y media está destinada al calentamiento. De preferencia hay que utilizar ropa de licra, con leggins ceñidos o pantalones sueltos de algodón licrado para facilitar los movimientos.
Fuente: UnAplauso.com
Imagen: Alternativateatral
Tags Blogalaxia: Belleza, Salud, Danza Aérea.
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