Somos concientes de las decisiones que tomamos para resaltar nuestra belleza. Qué maquillaje aplicar, qué peinado usar, qué ropa ponernos. Pero inclusive cuando nuestro cerebro descansa, podemos hacer mucho más de lo que pensamos por ella.
La ventaja de aplicar productos cosméticos en la noche es que muchos de ellos pierden su efecto con la luz solar. Así mismo, algunas cremas dan un brillo a la piel que no nos gustaría mostrar en el día porque la hace parecer grasosa.
Por eso es mejor untarla en el rostro antes de ir a dormir. Con un placentero descanso de ocho horas, las células de nuestra piel se regenerarán rápidamente y esta lucirá más fresca e hidratada para afrontar con mejor semblante el estrés del día siguiente.
Para que el sueño nos ayude realmente a lucir más bellas, tenemos que dormir de tal manera que se convierta en toda una experiencia de placer. En primer lugar, una posición correcta, además de evitar contracturas musculares facilita una buena oxigenación e impide la formación de pliegues en la cara por el roce con la almohada.
Algunas personas recomiendan dormir en posición recta como si estuviéramos mirando al techo. Pero me parece más acertado seguir los consejos de la medicina oriental, la cual sugiere ponerse de costado para facilitar el buen funcionamiento del hígado, que es lo que en verdad hace posible que despertemos de buen ánimo y sin peligro de arrugarnos por el contacto con la almohada.
También es aconsejable beber de 6 a 8 vasos con agua durante el día y consumir alimentos ricos en omega 3 (pescados y nueces) para que sean mejor absorbidos mientras dormimos. Y para que el descanso sea completo, no debemos olvidar desmaquillarnos correctamente y humectar nuestro rostro, manos, pies y uñas (incluyendo la cutícula) antes de ir a la cama. El sueño es saludable y reparador. Pero también embellecedor.
Fuente: Latino.msn.com
Imagen: Vivirlatino.com
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