El perfume: historia de una elección

Hace unos meses, tuve la oportunidad de viajar por varias ciudades y, aprovechando que iba a pasar por el duty free de distintos aeropuertos, decidí darme un tiempo para escoger, ahora sí, con la paciencia que te permiten los largos tiempos de espera en la sala de abordaje, mi perfume. Y es que, a mi modo de ver, se trata de un proceso tan fascinante y delicado que requiere de cierto período de evaluación y no puede ser dejado al azar.

De todos los sentidos, el olfato es el que se caracteriza por ser el que más velozmente nos transporta a un mundo de emociones y sensaciones profundas, quizá mayores a las que puede sugerirnos una imagen. Por tanto, el perfume existe desde que existe el sentido del olfato, debiendo el hombre, desde sus orígenes, diferenciar un buen olor de uno malo para sobrevivir. Aunque, naturalmente, no se conformó con sólo esta función tan básica y siguió experimentando.

Algo de historia

La palabra «perfume» proviene del latín y significa «pasar a través del humo» en relación a una sustancia aromática que desprendía el humo fragante al ser quemado y usado para sahumar. Sabiendo esto y con seguridad, el perfume nació estrechamente ligado a la religión, siendo empleado tanto para purificar el alma como para ser ofrendado a los dioses.

Los egipcios fueron los primeros en incorporar el perfume en su cultura, datando el primer uso de las botellas de perfume precisamente de sus tierras 1000 A.C., expandiéndose pronto hacia otras regiones.  La India pronto se convirtió el principal lugar desde donde se importaban buenas cantidades de sustancias aromáticas, como las especias y el sándalo, que fueron en la época del Imperio Romano muy valoradas. Con la llegada del Cristianismo y sus mensajes de humildad y pudor, el uso de las fragancias cayó en desuso, siendo la civilización árabe, a través de la nueva ciencia de la alquimia, quien se encargó de rescatarlo.

Pronto, los perfumes volverían a expandirse por Europa, esta vez en la forma de líquidos aromáticos, y Francia, gracias al apoyo dado a la profesión de perfumista, se convirtió en su cuna, siendo hoy esta industrias una de las más dinámicas y lucrativas del mundo.

Eligiendo el indicado

«El perfume anuncia la llegada de una mujer y alarga su marcha.» Coco Chanel

Actualmente, somos conscientes de que el perfume que lleva una persona forma parte de su identidad, causando un efecto en quien lo huele. Así, pues, ¿cómo elegir el apropiado? Ten en cuenta lo siguiente:

  • Es cuestión de piel

Todos tenemos una piel particular y única, formada por una serie de compuestos químicos, al igual que todo perfume. Por este motivo, el perfume que nos apliquemos no olerá de la misma manera en nuestra piel que en la de otra persona, puesto que la reacción química será diferente.

  • Presta atención a las notas

Existen 4 tipos básicos de perfume y las notas se refieren a cada uno de sus componentes: Cítricos (ligeros y frescos, hechos a base de frutas cítricas), florales (dulces y fuertes, hechos a base de flores), de tierra (en base a minerales y vegetales como la miel, canela, vainilla, entre otros) y de almizcle (extraídos de las fragancias de animales asiáticos, pesados y sensuales). Algunas notas se encuentran en mayor cantidad y se llaman notas de cabecera, comenzando luego a sentirse otros aromas más leves.

  • Siéntelo

Luego de elegir la base del perfume, hay que aplicarlo y prestar atención en la manera cómo huele. Comienza por olerlo sobre una tira de papel absorbente, de esas que te ofrecen en cualquier perfumería. Si te agrada lo suficiente, aplícalo en tu piel (se recomienda en la parte interna de la muñeca o dentro de la articulación del codo).

Al principio percibirás un aroma intenso, pero pasados unos minutos, esta intensidad disminuirá. A la media hora podrás darte cuenta del olor que comúnmente despedirá en ti. Repite el proceso con otras fragancias que te agraden. Eso sí: no huelas más de 5 perfumes seguidos, puesto que el sentido del olfato tiende a saturarse.

Presentaciones

¿Te has preguntado alguna vez cuál es la diferencia entre un eau de cologne y un eau de perfume? Lo más probable es que tu perfume favorito utilice varios de esos nombres y aunque sea un poco confuso, básicamente, la diferencia está en el grado de alcohol etílico utilizado en la elaboración de dicha fragancia.

Al aplicarse el perfume sobre la piel, gradualmente el calor del cuerpo evapora el disolvente, permaneciendo en él las sustancias aromáticas que, a la postre, también se irán, sólo que más lentamente. Así, en líneas generales, mientras mayor sea el grado de alcohol etílico, mayor tiempo permanecerá la fragancia de tu perfume en la piel. Aquí las especificaciones:

  • Perfume: es la forma más concentrada, con un 15-40% de esencia aromática.
  • Eau de Perfume: posee 15% de concentración.
  • Eau de Toilette: tiene entre 7-15% de concentración.
  • Eau de Cologne: tiene la misma concentración que el Eau de Toilette, pero se aplica a los aromas cítricos.
  • Splash perfumes: con un 1% de concentrado.

Cómo perfumarse

Una vez que hayas elegido el perfume que te agrade, recuerda que el modo de aplicártelo en la cotidianeidad debe ser medido en aquellas zonas donde la sangre fluye más al ras de la piel para conseguir que el olor sea mejor despedido. En este sentido, los mejores lugares de aplicación son la cara interna de las muñecas y codos, detrás de las rodillas, en los tobillos, cuello, la nuca, el escote, debajo del lóbulo de las orejas y en los hombros.

Procura, así mismo, perfumarte inmediatamente después de darte un baño, ya que la fragancia se adhiere más a la piel húmeda.

Por otro lado, si deseas que a la larga el olor se impregne en tu ropa, rocía unas gotas de tu perfume a la tabla de planchar para que, con el calor de la plancha, éste quede en tu ropa. También es aconsejable ponerle unas cuantas gotas a tu crema humectante. Y, si deseas, échale también una gotitas a tu cepillo para el cabello. Lo que no es aconsejable es echar el perfume directamente en tu vestimenta, puesto que ello tiende, con el tiempo, a arruinar la tela.

¡Pero no exageres la aplicación del perfume! Más de dos veces será demasiado y en cada aplicación controla que se sienta agradable y no penetrante (lo que puede incomodar a algunas personas). Ten en cuenta además que si usas demasiado tiempo una fragancia, ya no la sentirás con la misma intensidad que al principio. Si tienes dudas, pide la opinión de una o dos amigas.

***

Un perfume es una elección muy personal. Según Ian Hamilton, jefe del grupo de perfumes de L’Oreal «hay perfumes que no te gustaría ni aplicártelos, porque no van con tu estilo o tu personalidad. Lo mismo pasa con la ropa, hay tiendas en las que ni siquiera vas a entrar, porque no es tu estilo». En este sentido, es mejor evitar escoger uno por moda o porque en otra persona huele muy bien. Un perfume hay que olerlo y comprenderlo para luego desearlo.

Respecto a mí, al final encontré mi perfume, el cual fue comprado con toda la intención en un aeropuerto de París, debido tanto a las asociaciones románticas que tenía con la ciudad en cuestión, así como al precio, dándome cuenta de que allí costaba mucho menos que en mi ciudad. No obstante, la mejor razón que puedo darles es que, al olerlo, lo sentí, sin más, inexplicable y absolutamente mío.

Imágenes: lamodapersonalizadadelamujer2011, crystallinks, francia.net, cremitas.com, hoy-libro.dtlux, perfumesmyrrhademendoza, quebelleza.com, i-parfum, muéveteocaducas

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