Qué es el estrés nocivo o distrés y cómo combatirlo

El estrés y la presión en un nivel bajo pueden llegar a ser necesarios en algún momento de nuestras vidas, cuando necesitamos incentivos para enfrentarnos al día a día de forma constructiva.

Cuando la carga del estrés es demasiado alta y no desciende, agota progresivamente tu organismo, sintiéndote incapaz de adaptarte a esta nueva situación y produciéndose lo que se conoce como distrés o estrés nocivo, el cual también puede llegar a conducirte a la ansiedad, la cual al no ser sobrevellada por la persona que la padece precisará tratamiento psicológico y medicación. combatirestres1

Todos hemos sentido estrés en algún momento de nuestras vidas, sin embargo para muchas personas forma parte de su rutina diaria. El estrés nocivo puede ser el origen de trastornos inmunológicos, cardio-circulatorios, problemas intestinales, de sueño, sexualidad y hasta influir en la aparición de procesos tumorales.

Los síntomas que te pueden llevar a pensar que tu estrés está pasando la barrera de la normalidad son los siguientes:

Físicos: Contracturas musculares, problemas digestivos, dolor de estómago, de garganta o de cabeza. Pérdida o aumento del apetito, vértigos, palpitaciones, sensación de opresión en el pecho, falta de aire, o sudoración excesiva.
Emocionales y psicológicos: Preocupación, nerviosismo, irritabilidad, indecisión, angustia, dificultad para concentrarte, baja autoestima, negativismo.
De comportamiento: Hiperactividad que se manifiesta en movimientos repetitivos, como tocarse el pelo, fortarse las manos, olvidos, apatía, dificultad para relacionarse, consumo excesivo de alcohol, tabaco, azúcar, chocolate o café.

Ahora que conocemos los síntomas, y si te reconociste en algunos de ellos, te diremos lo más importante: Cómo puedes combatir el estrés nocivo o distrés:

Practica alguna actividad que te relaje: yoga, pilates, bicicleta, caminar, etc.
Aliméntate de forma equilibrada, dando prioridad a los alimentos naturales, en especial proteínas, lípidos e hidratos de carbono, consúmelos de forma proporcionada.
Procura mantener un horario regular de sueño.
Aprovecha el fin de semana y las vacaciones para descansar y realizar actividades lúdicas, alejando las preocupaciones. Durante estos periodos aprovecha para fomentar las relaciones sociales.
Realiza ejercicios de respiración: inspira lentamente y espira después.
Cuando te marques unos objetivos, ten en cuenta que estos deben ser razonables y que debes evitar obsesionarte.
No caigas en la tentación de automedicarte, si consideras que no eres capaz de controlar la situación, lo más normal es que acudas a un especialista.