Bien dicen que nuestros pensamientos y acciones reflejan nuestros sentimientos. Si nuestro estado anímico es negativo, lo más probable es que hagamos cosas que no nos satisfagan y que nos causen aún mayor malestar.
No hay remedio tan eficaz como una buena respiración para controlar aquellas ansiedades que tanto afectan nuestra vida. Pero como respiramos desde que nacemos, se vuelve una práctica tan normal que le prestamos poca o ninguna atención.
Es momento de corregir este mal llevado hábito con algunos pasos muy sencillos, pero sobre todo con mucha práctica, para no caer en la misma rutina:
• Procura que no te apriete ninguna prenda como correa, corbata, reloj, etc.
• Ubícate en un ambiente agradable y tranquilo. Mejor aún si estás solo o acompañado de alguna persona de confianza.
• Siéntate en una silla cómoda sin cruzar las piernas, cierra los ojos y pon una mano sobre el pecho y la otra sobre el abdomen.
• Comienza a respirar, cogiendo aire por la nariz o por la boca y expulsándolo por donde nos sea más cómodo.
• Nota cuál de tus manos se mueve más con la respiración. Lo ideal es que sea la mano que está encima del ombligo.
• Sigue respirando hasta que la mano sobre el pecho se mueva lo menos posible.
• Apoya tu mano sobre el abdomen hasta que hayas dominado la técnica y no sea necesario sostenerla más.
Al respirar con el vientre estamos actuando sobre los nervios que se concentran en esa zona, a fin de relajarlos y eliminar tensiones. Es recomendable practicar nuestros ejercicios de respiración recreando pensamientos placenteros que ayuden a disminuir la ansiedad. Repitiendo las sesiones varias veces al día podremos respirar mejor y, sobre todo, añadir mayores momentos de felicidad a nuestras vidas.
Fuente: Redcientifica.com
Imagen: Lacoctelera.com
Tags Blogalaxia: Salud, Relax, Respiración, Felicidad.
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