El sol, la arena, el agua salada, el viento son los principales enemigos de tu cabello durante el verano. El sol hace que pierda su humedad natural, puede quemarlo, aumentar su porosidad, quebrarlo y por lo tanto secarlo. También puede hacer que pierda sus aceites esenciales y por consecuencia el brillo y suavidad, alterando su coloración, produciendo envejecimiento prematuro, debilitamiento y rotura y en general dañándolo.
La sal de mar altera las propiedades elásticas del cabello deshidratándolo e irritándolo. El viento aumenta la deshidratación, funciona como un secador de pelo permanente abriendo la cutícula y resecándolo.
El cloro de las piscinas elimina los pigmentos del pelo degradando su color. El agua aumenta todas las agresiones a las que el cabello esta afectado, las consecuencias negativas de la luz solar estimula la degradación de la melanina y promueve que se altere la propia queratina del cabello. El calcio del agua se deposita y deteriora la cutícula del mismo.
Sin embargo, según los expertos, el enemigo mas poderoso del cabello y el cuero cabelludo es el sol, pues las alteraciones que produce son irremediables ya que el cabello no puede arreglarse solo. Igualmente el cuero cabelludo sufre la acción de la sal el cloro y las altas temperaturas perdiendo elasticidad y humedad volviéndose más frágil y quebradizo.
Para prevenir los efectos de los rayos solares es importante el uso de cremas hidratantes y revitalizadoras para cada tipo de cabello, que restauren su equilibrio hidrolipídico.
Conservar el cabello siempre limpio, lavarlo con un shampoo con vitaminas y no restregarlo después del lavado; si se usa secadora, hacerlo con temperaturas moderadas. Además, se debe tratar de recoger el cabello si se usa largo.
La alimentación en esta época del año es muy importante para la salud del cabello, se deben consumir alimentos ricos en vitaminas y minerales a base de frutas y verduras y si fuera necesario consumir suplementos vitamínicos si se tiene algún tipo de carencia, también es muy importante el agua, se debe beber al menos dos litros al día.
Fuente: Revista Salud y Vitalidad 2001
Imagen: Alevosia.com
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