Por muchos años el hallazgo de la fuente de la juventud ha sido un sueño imposible de lograr para los seres humanos. Pero este deseo no implica solo llegar a tener más años, sino también la obtención de una mejor calidad de vida, expresada en un organismo saludable solo posible a través de una práctica cotidiana de ejercicios físicos.
He aquí algunas de las ventajas de ejercitarse habitualmente:
- Bienestar: El ejercicio contribuye a la producción de hormonas que generan un estado de bienestar y promueven la salud (mediante la mejora de la circulación y el sueño).
- Corazón fuerte: La actividad física baja la presión sanguínea y mejora el lapso de descanso del músculo cardiaco, lo cual protege el corazón, las arterias y las venas.
- Colesterol saludable: El ejercicio baja los niveles de las lipoproteínas de baja densidad, que constituyen la parte mala del colesterol y aumenta la cantidad de proteínas de alta densidad, conocidas como buen colesterol porque disminuyen el riesgo de enfermedad cardiaca.
- Huesos calcificados: La práctica de deporte fortalece los huesos, reteniendo el calcio y otros minerales importantes.
- Antidepresión: El ejercicio al aire libre regula los niveles de serotonina, cuya baja es una de las causantes de la depresión.
- Anti estrés: La actividad física es el perfecto antídoto para eliminar la ansiedad y los altos niveles de estrés.
- Peso ideal: El ejercicio aumenta el volumen de los músculos y quema grasas.
Fuente: Diehl, Hans y Ludington, Aileen. Vida dinámica.
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