Los labios son uno de nuestros atributos más seductores, pero también son una de las partes de nuestro rostro que requieren mayor cuidado, debido a su fina constitución de tejidos y miles de terminaciones nerviosas.
Como cualquier mujer con un mínimo de coquetería, todas buscamos realzar el color y la forma de nuestra boca aplicándole labial. Pero debido a los procesos químicos utilizados para su pigmentación, la piel de esa zona lo percibe como un cuerpo extraño, ocasionando reacciones adversas que pueden ir desde la comezón y un ligero ardor hasta la resequedad y agrietamiento.
Ya que los procesos químicos de pigmentación de los labiales a veces son muy fuertes, hay escoger uno que además de dar color a la piel la proteja de los daños ambientales con un máximo de duración.
Una de las características principales de un buen labial es que la barra tenga una dureza y textura adecuadas, de modo que se pueda deslizar fácilmente sobre la mucosa labial con fuerte adherencia y efecto cubriente.
Así mismo, el labial debe tener un sabor agradable con apropiada estabilidad físico-química. Es decir, que la barra no se endurezca, se derrita o le salgan poros, siempre y cuando se conserve en las condiciones indicadas en su empaque. Y también que no se reseque, que tenga filtro solar y dé a los labios una apariencia lisa.
Por ello la mejor recomendación es elegir un labial de marca reconocida que explique las características del producto en el catálogo y que pueda cambiarlo o reembolsarnos la inversión en caso de no cumplir con lo prometido. Lo ideal es que se pueda combinar con un gloss que además de añadir volumen a la boca también actúe como protector solar, reforzando el filtro del labial.
Fuente: Dermofarmacia
Imagen: Univision.com
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