Luego de un estresante periodo de trabajo o escuela o al pasar por una etapa depresiva, a quién no le gustaría tomarse unas vacaciones fuera de la ciudad disfrutando de un ambiente pacífico y lleno de energía natural.
Sin embargo, no hace falta ir tan lejos para gozar de las bondades de la Madre Naturaleza. Basta con ir al hipódromo o algún criadero y montar a caballo, que además de ser un tierno animal y protagonista de innumerables historias de aventura, también tiene un gran efecto sobre nuestra salud emocional.
De este poder curativo nace la equinoterapia, que significa hacer uso de la equitación como tratamiento de la depresión u otra enfermedad en la que nos encontramos emocionalmente vulnerables, como las discapacidades físicas o mentales.
Mediante la asesoría de un entrenador, la persona reconoce y acaricia al animal hasta que adquiere más confianza y aprende a montarlo. En este proceso entabla un vínculo afectivo con el caballo que le ayuda a fortalecer su estado anímico y hasta físico.
Por ejemplo, la postura de manejo contribuye a corregir los problemas en la columna. Y el calor que transmite el cuerpo del equino hace que los músculos se relajen y podamos liberar tensiones sin necesidad de ningún calmante.
Además, el contacto caballo-jinete refuerza los aspectos de atención y concentración, por lo que es ideal para los niños hiperactivos o con problemas de conducta y para quienes nos cuesta vencer la timidez.
Fuente: Proyecto Esperanza
Imagen: Clínica Nuevo Ser
Tags Blogalaxia: Belleza, Salud Emocional, Equinoterapia.
Visítanos en